El dolor pasa, pero las cicatrices quedarán para siempre.
Después de la fatídica noche Gustav (20), de Tokio Hotel habla.
“Ya estoy mejor. Bueno, no muy bien, pero por lo menos mejor “, dijo en su primera entrevista desde el altercado en la revista juvenil ‘Bravo’. Sin embargo, el baterista tendrá más que un doloroso recuerdo de la pelea.
“Las cicatrices siempre seguirá ahí – pero creo que no es tan malo. Hay cosas más importantes en la vida,” dice Gustav.
Resumen: El la Discoteca “The club” en Magdeburg, el batería de Tokio Hotel es asaltado a base de golpes sangrientos por albaneses de Kosovo, uno de ellos Nexhat T. (29). Puños que vuelan, rompe un vidrio duramente en la cabeza de Gustav. La ambulancia y lo manda al hospital donde le deben dar 36 puntos para ser cosidas sus heridas.
Gustav no puede dar detalles de la fatídica noche, por determinación de la policía.
Aunque los cuatro muchachos de Tokio Hotel hace tiempo que son ‘mega-estrellas’, hasta ahora Gustav había renunciado a llevar guardaespaldas. Tras el ataque, esto podría cambiar. Gustav quería una vida normal sin el segumiento continuo de personas de seguridad. “Pero como lo haré en el futuro, no lo sé todavía.”
Tal vez el menos éxito profesional de Gustav es un consuelo. Tokio Hotel acaba de conceder un contrato millonario de publicidad con un fabricante de tecnología.
Después de la fatídica noche Gustav (20), de Tokio Hotel habla.
“Ya estoy mejor. Bueno, no muy bien, pero por lo menos mejor “, dijo en su primera entrevista desde el altercado en la revista juvenil ‘Bravo’. Sin embargo, el baterista tendrá más que un doloroso recuerdo de la pelea.
“Las cicatrices siempre seguirá ahí – pero creo que no es tan malo. Hay cosas más importantes en la vida,” dice Gustav.
Resumen: El la Discoteca “The club” en Magdeburg, el batería de Tokio Hotel es asaltado a base de golpes sangrientos por albaneses de Kosovo, uno de ellos Nexhat T. (29). Puños que vuelan, rompe un vidrio duramente en la cabeza de Gustav. La ambulancia y lo manda al hospital donde le deben dar 36 puntos para ser cosidas sus heridas.
Gustav no puede dar detalles de la fatídica noche, por determinación de la policía.
Aunque los cuatro muchachos de Tokio Hotel hace tiempo que son ‘mega-estrellas’, hasta ahora Gustav había renunciado a llevar guardaespaldas. Tras el ataque, esto podría cambiar. Gustav quería una vida normal sin el segumiento continuo de personas de seguridad. “Pero como lo haré en el futuro, no lo sé todavía.”
Tal vez el menos éxito profesional de Gustav es un consuelo. Tokio Hotel acaba de conceder un contrato millonario de publicidad con un fabricante de tecnología.
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